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Se describen y analizan nueve sitios rupestres ubicados en la cuenca alta del río Mendoza, noroeste de la provincia homónima. Dichos sitios se concentran en el valle de Uspallata (Cerro Tunduqueral, Petroglifo del Peñón, Pucará de Uspallata, Santa Elena y Uspallata Usina Sur) y en las cercanías de la localidad de Punta de Vacas (Punta de Vacas 1 y 2, Portezuelo Colorado y Petroglifo del Puente). A partir del registro y análisis sistemático, contemplando distintas escalas y unidades de análisis, se definen tres estilos para el arte rupestre de la región. Estos grupos estilísticos, tras la comparación con diferentes referentes visuales susceptibles de ser datados por métodos absolutos (cerámica, arquitectura, textiles), permiten postular una aproximación cronocultural, en relación a sus propias características y al marco contextual que brindan otros proxys arqueológicos sobre la prehistoria regional. A su vez, esta propuesta cronocultural se discute desde perspectivas teóricas vinculadas a la Arqueología del Paisaje, la Biogeografía, la Semiótica y la Teoría de Práctica. Así, el Estilo I de arte rupestre, habría comenzado a desarrollarse durante el periodo Agroalfarero Temprano (500/300 a.C. al 500 d.C.), con persistencia de varios siglos e intensificándose durante el Periodo Medio (siglos VI y XII d.C.) en consonancia con el establecimiento de las personas en asentamientos estables en la parte baja del valle de Uspallata y un cambio importante en su forma de vida derivado de una subsistencia basada en una economía agropastoril; en esta época, el arte rupestre reflejaría prácticas comunes entre las poblaciones del noroeste de Mendoza y suroeste de San Juan, asociadas a la formación de una identidad comunitaria. Por su parte, tanto el Estilo II como el III marcarían un cambio en la forma de hacer grabados a partir de la llegada de los incas a la región, aunque asociados a dinámicas sociales diferentes. El primero, vinculado al contacto entre las poblaciones locales con grupos humanos desplazados, posiblemente desde Chile Central, quienes aportan nuevos referentes visuales que se
conjugan con la práctica previa de hacer grabados y reelaboran una identidad comunitaria. Por su parte, el Estilo III coexistiría en el tiempo con el anterior, pero sería propiamente incaico y estaría manufacturado bajo otra lógica, la del Tawantinsuyu apropiándose de nuevos territorios.
Nine rock art sites located in the upper Mendoza river basin, northwestern Mendoza province, are described and analyzed. These sites are concentrated in the Uspallata valley (Cerro Tunduqueral, Petroglifo del Peñon, Pucará de Uspallata, Santa Elena and Uspallata Usina Sur) and near the town of Punta de Vacas (Punta de Vacas 1 and 2, Portezuelo Colorado and Petroglifo del Puente). From the record and systematic analysis, considering different scales and units of analysis, three styles are defined for the rock art of the region. These stylistic groups, after comparison with different visual references susceptible of being dated by absolute methods (ceramics, architecture, textiles), allow us to postulate a chronocultural approach, in relation to their own characteristics and to the contextual framework provided by other archaeological proxies on regional prehistory. In turn, this chronocultural proposal is discussed from theoretical perspectives linked to Landscape Archaeology, Biogeography, Semiotics and Practice Theory.
So, Style I rock art would have begun to develop during the Early Agro-Pottery period (500/300 B.C. to 500 A.D.), persisting for several centuries and intensifying during the Middle Period (VI and XII centuries A.D.) in consonance with the establishment of people in stable settlements in the lower part of the Uspallata Valley and an important change in their way of life derived from a subsistence based on an agro-pastoral economy; at this time, the rock art would reflect common practices among the populations of northwestern Mendoza and southwestern San Juan, associated with the formation of a community identity. On the other hand, both Style II and Style III would mark a change in the way of making engravings after the arrival of the Incas in the region, although associated with different social dynamics. Style II appears to be linked to contact between local populations and displaced human groups, possibly from Central Chile, who brought new visual references that combined with the previous practice of engraving and reworked a community identity. Style III, on the other hand, would coexist in time with the previous one, but would be properly Inca and would be manufactured under another logic, that of the Tawantinsuyu appropriating new territories.
Disciplinas:
Ciencias e Investigación - Arqueología
Descriptores:
ARTE RUPESTRE - ANTROPOLOGÍA CULTURAL Y SOCIAL - CUENCA ALTA DEL RÍO MENDOZA (ARGENTINA) - PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
Palabras clave:
Petroglifos - Sociedades prehispánicas - Materialidad arqueológica
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